En primer lugar, hay que entender que Linux se considera un kernel. Un kernel es un núcleo, en la traducción literal de la palabra, que significa un sistema operativo que inicia y gestiona otros programas. Linux funciona bajo una licencia pública general (GNU) y esta licencia permite a cualquiera ejecutar, estudiar, modificar y redistribuir el código fuente. Esto significa que, además de ser un sistema gratuito, también representa la libertad de un espacio de colaboración. Desde su creación hasta hoy, muchos programadores han contribuido al desarrollo, ayudando a hacer de este sistema operativo el núcleo colaborativo de enorme éxito que es hoy. Y ahora que Microsoft ha dejado de dar soporte a las versiones antiguas de Windows, muchas empresas han buscado alternativas y han descubierto Linux. Linux ha ampliado su acceso ahora en los mayores centros de datos del mundo, así como en cientos de miles de computadoras individuales. Para que te hagas una idea, la NASA y otros departamentos estratégicos de la seguridad del gobierno de USA son entusiastas partidarios de Linux. En muchos países también es común que este sistema operativo sea adoptado en oficinas públicas e instituciones educativas, gracias a su flexibilidad y costo-beneficio. En resumen, si estás considerando cambiar uno por otro, puede ser una buena idea entender los ajustes que tendrás que aceptar al cambiarte de Windows a Linux.
1. Línea de comandos
Si eres un usuario de Windows, rara vez habrás tenido la necesidad de utilizar el símbolo del sistema para alguna acción. Instalar un software, añadir nuevos dispositivos o incluso configurar el sistema operativo de forma casi intuitiva son actividades que se realizan con la sencillez de los clics de un botón. En cambio, al utilizar la mayoría de las distribuciones Linux, tendrás que aprender la interfaz de línea de comandos, o CLI. El acrónimo CLI, del inglés “command-line interface”, suele representar un programa que se ejecuta a través de líneas de comandos.
Estos programas, como los antiguos MS-DOS y Apple DOS, aceptan la entrada de texto para realizar funciones del sistema operativo. Sin embargo, aprender la línea de comando puede ser más fácil de lo que crees. Puedes hacer casi todo usando una GUI (Graphical User Interface) y no necesitas escribir ningún comando. Aun así, puedes encontrar mucha documentación/recursos de ayuda en línea para seguir sin depender de nadie. Incluso tenemos un artículo que te ayudará con los comandos más útiles para usar en el terminal de Linux. Otra característica superinteresante de Linux es la posibilidad de instalar una gran variedad de aplicaciones de forma cómoda. En lugar de ir a la tienda de Microsoft para comprar la aplicación que quieres, con Linux solo tienes que buscar la aplicación, encontrar el nombre de la instalación y ejecutar un comando para instalar el software de forma gratuita.
2. Configuración de periféricos
Otro gran cambio que los usuarios deben aceptar al cambiar de Windows a Linux se refiere a la instalación de periféricos, como las impresoras, por ejemplo. Mientras que en Windows sueles tener la ayuda de un asistente en tu pantalla que dirige tus pasos, con Linux la configuración puede ser un poco más laboriosa. Todo esto se debe a que, a menudo, cuando se trata de configurar los controladores, el enfoque de Linux pasa a un modo manual. De este modo, tendrás que ejecutar comandos para configurar elementos y solucionar problemas. Sin embargo, si en Windows es casi imposible resolver un problema con la instalación de un controlador, esto es claramente una ventaja en Linux. Intentar averiguar en Windows qué es lo que falla en el dispositivo leyendo una larga y complicada información sobre la solución de problemas puede ser desmotivador e incluso inútil. Con Linux, la resolución de problemas es más fácil, ya que varios programas permiten conectarse fácilmente al dispositivo y configurarlo manualmente.
3. Configuración de componentes internos
La instalación de un nuevo hardware en Linux sigue la misma premisa expuesta anteriormente. Si una tarjeta gráfica o de red, por ejemplo, da problemas en Windows, la solución puede convertirse en un tormento. Para el usuario común, encontrar el error y averiguar cómo solucionarlo puede ser casi imposible. Con Linux, confiando en las actualizaciones y la colaboración, muchos paquetes ya vienen con información y soporte. Y, si algo va mal, con Linux tienes más posibilidades de una solución rápida. Con comandos fáciles de aprender, puedes arreglar los problemas de tus dispositivos tú mismo, sin perder tiempo haciendo clic en varias configuraciones en Windows.
4. Aplicaciones gratuitas o más baratas
Tal vez a estas alturas te estés planteando pasar de Windows a Linux, pero puede que te preguntes cuáles son las aplicaciones más utilizadas. Por mucho que Linux esté creciendo y haciéndose popular, seguimos viviendo en un mundo Windows. ¿Qué significa esto? Esto significa que la mayoría de las empresas siguen centradas en crear su software para que funcione en el sistema de Microsoft. Sin embargo, eso no es malo. Con Linux casi siempre encontrarás aplicaciones gratuitas, y a veces tan buenas como las otras y que se ajustan a tus necesidades. Este es el caso de LibreOffice, una aplicación similar al paquete Office. Aun así, existe una maravillosa herramienta en Linux llamada Wine que puede hacer que muchas aplicaciones de Windows se ejecuten en tu Linux. En resumen, si estás decidido a hacer el cambio, encontrarás fácilmente opciones de aplicaciones y herramientas de código abierto que pueden sorprenderte.
5. Opciones de juego
El gran temor de muchos jugadores online a la hora de optar por el cambio se debe a la falsa idea de que no encontrarán muchos juegos populares en Linux. Esa afirmación, actualmente, es completamente injustificable y se lo demostraremos a continuación.
Uno de los mayores programas de juegos, Steam, tiene su versión en Linux, lo que significa que cualquier juego que descargues en tu Windows ahora puede ser jugado en tu Linux. Otra forma de acceder a los juegos es PlayOnLinux, una solución gratuita, accesible y eficaz que permite instalar y utilizar fácilmente varios juegos y aplicaciones diseñados para funcionar en Windows. Sin embargo, si aún no estás convencido y necesitas ayuda para tu decisión final… Tienes que saber que con Linux tu computadora utiliza menos recursos, dejando mucho más espacio disponible y permitiendo una experiencia de juego más rápida.
6. Personalización de escritorio
Personalizar y hacer todo a tu manera es una tarea sencilla en Windows, ¿verdad? Pero muchos usuarios encuentran esta actividad bastante compleja en Linux. Hay muchas cosas que puedes personalizar en Linux que no puedes hacer en Windows. Desde un paquete de iconos hasta la ventana de la aplicación, puedes cambiar el aspecto de una distribución Linux en cuestión de minutos. La mayoría de las distribuciones contienen interfaces gráficas de usuario fáciles de entender para ayudarte a personalizar. Algunas CLI pueden incluso ayudarte a ir más allá de la configuración básica para cambiar los iconos, las fuentes y mucho más. Y, si prefieres ponerte cómodo y quedarte con una interfaz similar a la de Windows en Linux, tienes muchas distribuciones similares que puedes instalar.
7. ¿Cómo instalar y migrar a Linux?
Al ser una licencia gratuita, puedes descargarla fácilmente, solo tienes que grabar la imagen del sistema operativo Linux en un pendrive de arranque y arrancar la computadora por USB, iniciando el proceso de instalación de Linux.
¿Has decidido cambiarte de Windows a Linux?
En resumen, hay muchas ventajas y una creciente variedad de distribuciones de Linux con interfaces gráficas disponibles para facilitar la transición de Windows. Y si decides hacer el cambio, vuelve y cuéntanos en los comentarios qué te ha parecido.